Además de formar excelentes profesionales, los programas de MBA en México están teniendo un efecto notable en la economía local y nacional. Las conexiones que estos programas fomentan no solo benefician a los estudiantes, sino que también alimentan el crecimiento económico de las comunidades anfitrionas, creando círculos virtuosos de desarrollo.
Las universidades están impulsando el emprendedurismo local a través de incubadoras que apoyan ideas de negocios nacidas dentro de sus programas. Estos centros de innovación están generando empresas que no solo ofrecen productos y servicios nuevos, sino que también generan empleos y promueven el desarrollo económico en las regiones donde operan.
Curiosamente, esto ha llevado a un incremento en la competitividad internacional de México como un destino para la inversión extranjera directa. Las empresas están viendo el potencial de colaborar con instituciones de educación superior para nutrir talento local e impulsar la creación de empresas que puedan competir en el mercado global. Pero esto es solo la punta del iceberg.
El efecto es tan marcado que incluso el gobierno ha comenzado a priorizar estos programas en sus estrategias de desarrollo económico. Se podría argumentar que el impacto económico de los MBA en México ha superado las expectativas en todos los frentes. Sin embargo, a medida que estos programas evolucionan, revelan una capa más de avance educativo que desafía lo conocido…